
Los países con un mayor rendimiento educativo tienen también un mayor rendimiento económico. Esta es una de las premisas que avalan la necesidad de reformar la educación en España, según ha explicado en el IESE Montserrat Gomendio, Secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades.
Los objetivos de la reforma educativa (LOMCE- Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa) aprobada el pasado mes de diciembre se han abordado en una sesión impulsada por el Center for Public Leadership and Government del IESE.
Una economía basada en el conocimiento
La Secretaria de Estado de Educación ha apuntado la importancia de la educación para las personas y su incidencia directa en la mejora de la economía. Según el informe Hanushek and Woossmann, de 1960 a 2000 los países con mejor rendimiento educativo han conseguido también mayor crecimiento económico. Además, la educación también incide en la tasa de empleabilidad: entre 1998 y 2009 el empleo ha aumentado en la OCDE en los niveles educativos altos, según el estudio.
El informe Pisa 2012 muestra que el sistema educativo español es inferior a la media de la OCDE en términos de calidad, y que la equidad también es menor, ya que la situación socieconómica del alumno afecta más a su rendimiento que en otros países. Para Gomendio es necesario mejorar el nivel de educación, a la vista de los bajos resultados de los alumnos españoles en comparación con los demás países de la OCDE.
Además, hay un alto abandono temprano de la educación. Eurostat 2011 señala que la tasa española, con un 26,5%, duplicaba la de la UE (13,5%), y sólo era superada por la de Malta (33,5%). El objetivo de la Unión Europea para 2020 es conseguir un abandono inferior al 10% en la eurozona, un 15% en España.
Modernizar el sistema
Según Gomendio, la LOMCE busca modernizar los métodos de enseñanza dirigida a la adquisición de competencias y ofrecer atención personalizada a los alumnos. Para luchar contra el abando escolar y aumentar las titulaciones en Secundaria, se propone la flexibilización y el encauzamiento a itinerarios formativos antes de los 16 años.
Otros objetivos de la reforma son mejorar el conocimiento en áreas prioritarias, potenciar las tecnologías de la información y los idiomas e impulsar y modernizar la formación profesional, según la Secretaria de Estado de Educación.
El papel de la familia y el profesorado
Los alumnos españoles se muestran poco motivados, asegura Gomendio. Por ello se pretende incentivarlos en el propio esfuerzo y fomentar la implicación de la familia, haciéndola conocedora de su papel de motor de la educación y el crecimiento social.
Asimismo, la LOMCE ha incorporado medidas como la libertad de elección de centros y una mayor autonomía de los colegios, para que exista más diversidad de oferta educativa y las familias puedan elegir.
La Secretaria de Estado está convencida de que "un buen profesor puede transformar un aula y un colegio" y que existe una reforma pendiente, la del estatuto del docente, que implicaría una mejora en el sistema de acceso a su carrera y formación, con una incentivación de profesorado en relación con su papel en los centros, entre otros aspectos.