
Soplan nuevos vientos para el sector inmobiliario español que, tras una profunda crisis de ventas y de derrumbe de precios, afronta este año con cierto optimismo. Por primera vez desde que, en 2007, estalló la burbuja inmobiliaria, comienzan a detectarse ciertas señales de desapalancamiento en un sector especialmente golpeado por la crisis económica. Sobre estos primeros indicios versó una sesión de continuidad organizada por la Agrupación de Antiguos Alumnos en la que participaron destacados representantes del sector.
El profesor del IESE José Luis Suárez confirmó que, desde 2009, existe un gran interés por parte de inversores internacionales en el sector inmobiliario español, incluido el ámbito residencial, gracias a que ha mejorado su percepción sobre la situación de la economía española. Un dato avala esta afirmación: en 2013, se invirtieron en nuestro país más de 6.000 millones de euros en torno al ladrillo. Y la rentabilidad se situó en el 0,3%, un porcentaje ligeramente positivo.
"Las tendencias indican una estabilidad de precios en el mercado de la vivienda a partir de 2015, cuando despegará la inversión inmobiliaria", afirmó el director regional de Anida, Pablo Lafarga. En su opinión, el sector moderará su deterioro en 2014 y, a partir del año que viene, comenzará a mejorar. Lafarga prevé que, este año, se experimentará un aumento de la demanda residencial que se concretará en unas ventas de alrededor de 300.000 viviendas, unas 10.000 más que en 2013, año en que el sector tocó suelo.
Más demanda que stock
Este experto aseguró que el inventario de viviendas en España está descendiendo de manera paulatina. Incluso en algunas comunidades autónomas situadas en el arco mediterráneo ya hay más demanda que stock disponible, lo que supone que han comenzado a repuntar los precios. Lo mismo sucede en algunas zonas de Madrid. A su vez, sigue el ajuste intenso de precios en las regiones del interior.
Javier Picón, socio de Azora e Hispania, coincidió en que el stock residencial en Madrid ya ha sido prácticamente absorbido, y señaló que los precios del suelo en la capital de España se han estabilizado, por lo que no hay mucho más margen de descenso. "Pero todavía es temprano para constatar la reactivación de la demanda por parte del comprador final", matizó.
Picón también se refirió a la situación del mercado de alquiler residencial, un sector aún poco profesionalizado en nuestro país debido a la dificultad que implica su gestión y al complejo marco jurídico y fiscal que le rodea. España cuenta con unos dos millones de viviendas en alquiler aunque, para converger con otros países europeos, sería necesario crear un millón más.
"Los procesos de venta de carteras públicas y privadas pueden ser un catalizador para el desarrollo del mercado de alquiler institucional en los próximos años", apuntó Picón, que también abogó por fijar precios asequibles para consolidar la opción del alquiler entre la población.
Por su parte, Xabier Barrondo, director general de Negocio de GMP, convino en que multitud de inversores extranjeros están aterrizando en España con los ojos puestos en el sector inmobiliario. "El interés existe, pero ahora falta que se concrete en operaciones y en realidades", dijo.
Precios de hace 20 años
Barrondo ahondó en la situación que atraviesa del mercado de oficinas, donde el precio de los alquileres está al mismo nivel que hace 20 años. En Madrid y Barcelona, estos precios han caído cerca del 40%. Pese a todo, las previsiones apuntan a una recuperación. "España será uno de los países donde más aumentarán estas rentas de alquiler de aquí a 2018", manifestó. Lo mismo ocurre con las rentabilidades. "Tanto las rentas como los yields muestran un recorrido de mejora del precio por metro cuadrado, lo que provocará una subida de precios de hasta un 25% en los próximos cuatro años", añadió.
Por último, Javier Hortelano, presidente de la Asociación Española de Centros Comerciales, aseguró que el 65% de la inversión inmobiliaria comercial en España se ha destinado a centros comerciales, y todo el origen del capital ha sido extranjero. En 2013, se invirtieron 1.190 millones de euros, "un crecimiento muy vigoroso", y las cifras aumentarán en 2014 con respecto al año pasado. Hortelano destacó que se afianzan los activos inmobiliarios situados en las zonas prime de las grandes ciudades. "El sector inmobiliario comercial se ha comportado mejor que el conjunto del sector durante la crisis", concluyó.