
En diciembre de 2012 David Fernández, de 41 años, se encontró en una encrucijada. Ingeniero agrónomo y master en Gestión de Calidad Total, tras quince años trabajando en la construcción, vio cómo el sector en España prácticamente desaparecía hasta enviarle también a él a engrosar la lista del paro. Crisis profunda en el país. Y ahora, ¿qué? ¿Trasladar la familia y explorar más allá de las fronteras? ¿Puedo reinventarme?
David buscó respuestas en la formación y comenzó un Programa de Desarrollo Directivo en el IESE. Un enfoque de dirección general le permitiría tener una visión completa de la empresa. Y aunque el IESE recomienda cursar los programas de dirección mientras se está trabajando, estos cursos son también una oportunidad para hacer un alto en el camino y reinventarse profesionalmente.
Fuente de inspiración
Medio centenar de compañeros de todos los sectores y áreas funcionales de la empresa, de diferentes ciudades, y profesores experimentados presentarían muchas opciones sobre las que reflexionar… De hecho, no pasó mucho tiempo hasta que comenzaron a aparecer ideas que podrían dar respuesta a sus inquietudes.
"La idea de fundar la empresa Pintafun nació en febrero de 2013. Entonces había cursado ya la mitad del programa del IESE y comenzamos el módulo de Iniciativa Emprendedora impartido por Luis Martín Cabiedes. El primer caso de estudio me pareció hecho a mi medida: no me lo podía creer… ¡era "mi" caso! Presentaba a una persona con un proyecto empresarial de juegos, de entretenimiento… Tenía muchos puntos en común con Pintafun y me reafirmó en mi idea.
El negocio de divertirse en familia
¿Qué es Pintafun? "Una tarde de febrero, el mayor de mis hijos, Víctor, me pidió que me pusiese a colorear y pintar con él, --cuenta David--. Cogimos el libro de pinturas típico, como el que pueden tener todos los padres y madres, abuelos y abuelas… y en el momento de ponernos a pintar… "¡Papá, no me empujes!" "¡No me empujes tú, Víctor!" "Quiero pintar esa figura que está pegada a la que estás pintando tú … Creo que no pasaron más de dos o tres segundos durante los cuales pudimos pintar, cuando se acercó mi hijo mediano, Valentín: ‘Papá, quiero pintar con vosotros’, me dice. Y al minuto el pequeño, David: "Yo también quiero pintar".
"Momento de tensión familiar: ¿qué puedo hacer? Todos querían pintar conmigo, pasar un rato en familia, colorear juntos el mismo dibujo… Y de esta forma surgió "LA IDEA". Cogí un rollo de papel continuo, lo puse encima de la mesa y empecé a hacer formas y figuras.
El tamaño no era el único requerimiento, es necesario un diseño adecuado para las edades de los niños. "Lo importante es la variedad de trazos, de espacios y de figuras, para que todos puedan colorear y divertirse, pasar un buen rato en familia", comenta David. Esa agradable tarde en familia, se traduciría unos meses después en Pintafun.
De la idea a la realidad
Al principio su proyecto le parecía una ocurrencia, una ilusión. Pero fue madurando a medida que aprendía en el programa y trabajaba en el proyecto. "El módulo de Dirección comercial lo reforzó: era el momento de emprender. Tras el verano tomé la decisión de fundar la empresa y centrarme totalmente en este proyecto."
En noviembre el proyecto ya estaba maduro y se constituyó la sociedad: "me asocié con otras dos personas, yo como socio principal", y comenzó la aventura de desarrollar productos útiles y atractivos y hacerse un hueco en el mercado.
Al tratarse de un producto es nuevo resultaba necesario abrir mercado. "Nuestros clientes -señala el emprendedor- son todas las personas interesadas en ofrecer una alternativa de entretenimiento y aprendizaje para niños, en las familias, en los centros educativos o lúdicos. Disfrutar en familia, con amigos, o también como entretenimiento individual."
Además, en el PDD David aprendió que lo más importante de cualquier modelo de negocio es la idea por lo que decidió subcontratar la producción de Pintafun casi en toda su totalidad a excepción del diseño, y el montaje final del producto.
Por lo que respecta a la comercialización, la joven empresa ofrece ya venta por internet desde la web de Pintafun y en diferentes puntos de venta como librerías-papelerías de las provincias de Madrid, Sevilla, Murcia… David Fernández trabaja para continuar ampliando la distribución y para llegar a acuerdos comerciales con grandes superficies y con tiendas especializadas en productos de aprendizaje y entretenimiento infantil.
Un proyecto con valores
Los valores sociales y familiares están en la base del proyecto Pintafun. "Nuestros posibles clientes son cualquier persona o unidad familiar interesada en potenciar el trabajo en grupo, la creatividad, las relaciones sociales, y como herramienta para el desarrollo de la motricidad, de comunicación, concentración", asegura David.
"Las grandes láminas de Pintafun tienen una gran potencialidad de habilidades artísticas y concentración, y como terapia ocupacional", asegura el emprendedor.
Además, Pintafun busca desde el principio trabajar con compromiso social. La empresa espera desarrollar algunas fases de la producción con instituciones que favorecen la integración de personas discapacitadas. Actualmente preparan convenios de colaboración con dos fundaciones.
Red de apoyo al emprendedor
El proyecto Pintafun ha sido posible gracias al esfuerzo de David Fernández y de sus socios, pero también de toda una red de apoyo que le ha acompañado. "No creo que se pueda llevar un proyecto a buen término sin el apoyo de las personas de tu alrededor: personas que te animan, apoyan, sugieren y aconsejan, que están a tu lado", afirma.
"En el caso de Pintafun –prosigue– han sido determinantes mi esposa, mis hijos, el equipo unido que formamos los socios, y el continuo apoyo de los profesores del IESE y compañeros del programa. El emprendedor necesita de otras personas. Estoy muy agradecido, porque toda esta ayuda que he tenido, ha hecho posible que Pintafun no se quedara en una ilusión pasajera, sino que sea hoy una nueva realidad empresarial", concluye.