
Cristina Garmendia recibió una mañana una llamada inesperada. El presidente del Gobierno quería proponerle algo. Se acercó a la Moncloa y, tras seis horas de reunión, aceptó el reto de convertirse la responsable del Ministerio de Ciencia e Innovación. Durante tres años (2008-2011), esta empresaria pionera en el ámbito de la biotecnología formaría parte del Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. "Cuando te llega una propuesta así, no puedes rechazarla", afirma.
Aquella fue una etapa intensa y dura, pero también muy satisfactoria, en la que Garmendia impulsó programas ambiciosos como la Estrategia Estatal de Innovación y el Programa de Excelencia Severo Ochoa, y la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. "Fue una experiencia increíble y es difícil que se vuelva a repetir", apunta la ex ministra, quien alerta del creciente desapego que muchos ciudadanos sienten hacia la política, y de los peligros que supone este alejamiento.
Durante un reciente coloquio con directivos participantes en el programa de alta dirección (PADE) del IESE, Garmendia recordó que España es la décima potencia en materia científica a nivel mundial, gracias a la investigación sobresaliente en ámbitos como las matemáticas, la astrofísica, la biomedicina y la economía. "Debemos mantener estas fortalezas que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir, porque deben formar parte de nuestro desarrollo económico", aseveró.
Para Garmendia, "invertir en I+D+i no es una cuestión de conveniencia, sino de supervivencia". "Hemos avanzado mucho, pero no debemos esperar resultados inmediatos porque estos llegarán a largo plazo", dijo. Así, la ex ministra lamentó que España no sea consciente de la calidad y potencia de su capacidad tecnológica, pese al reconocimiento alcanzado a nivel internacional. "Somos un país más innovador que lo que indican los rankings, y nuestras universidades son mucho mejores de lo que creemos", insistió.
La invitada apeló a la promoción del talento y la labor científica e investigadora como fuente de creación de riqueza y de progreso. "Es básico tener aglutinadas las competencias de ciencia e innovación para conseguir los objetivos", concluyó. "La ciencia debe ser una prioridad para los grandes partidos".
Tras su paso por la esfera pública, Garmendia retomó su actividad empresarial como presidenta del grupo Genetrix, y como socia y consejera de la entidad de Capital Riesgo YSIOS Capital Partners, entre otros cargos. Como explicó durante la sesión, su trayectoria profesional siembre ha estado vinculada a la investigación y la empresa, a lo que contribuido su formación especializada en un campo de vanguardia (es doctora en Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid), y su formación directiva en el Executive MBA del IESE.