
El patrimonio vital es un conjunto de recuerdos y bienes con el que una persona o una familia se identifica por sentirlo testimonio y símbolo de existencia. En torno a esta idea versó la sesión del Programa de Continuidad "Incorporación del patrimonio vital a la agenda de la familia empresaria", que se celebró el 7 de mayo en el campus del IESE en Madrid.
La charla, organizada por la Agrupación de Antiguos Alumnos del IESE, analizó el concepto de patrimonio vital como una herramienta que, al servicio de las familias empresarias y sus empresas, sirve para diferentes usos o empeños. Entre estos usos está, por ejemplo, el del traspaso de un legado de generación en generación.
El profesor del IESE y titular de la Cátedra de Empresa FamiliarJosep Tàpies enumeró los tres elementos que constituyen la base de esta idea: creencias, valores y mitos. “¿Qué hay que hacer para preservar y desarrollar en el tiempo el patrimonio de las familias empresarias? Muchos suelen cometer el error de centrarse solo en la gestión del capital financiero. Pero el verdadero reto pasa por cómo gestionar el capital humano e intelectual, ya que solo así puede asegurarse la longevidad de una familia empresaria. En la gestión del talento reside la clave de la perdurabilidad”, señaló el profesor Tàpies.
Una iniciativa pionera
Por su parte, Felipe Gómez-Pallete, socio fundador de Casa Da Qiao, desgranó con detalle el concepto de patrimonio vital. “Es una iniciativa pionera en el mundo de las escuelas de dirección, y esto es un mérito que debemos atribuir al IESE”, afirmó. Pero, ¿qué es y para qué sirve? “Se trata de un activo y una manera de representar a la empresa”, sostuvo el ponente.
A efectos prácticos, estaría formado por un conjunto de elementos ordenados (música, manuscritos, testimonios, fotografías, objetos y documentos), que constituyen el legado de la familia empresaria. La posibilidad de tener un acceso ordenado y organizado a estos acontecimientos históricos supone un activo para el devenir de cualquier compañía. “El conocimiento profundo del pasado de la empresa es uno de los más poderosos utensilios para preparar su futuro”, recordó Gómez-Pallete.
Una vez trazado y definido, el patrimonio vital sirve para “preparar el futuro de forma proactiva”, o lo que es lo mismo, para proponer y organizar actividades adelantándose a los hechos. Pero también sirve para “captar el presente” y para “poner en valor el pasado”. Porque la historia de una empresa conforma la cultura, aglutina a sus miembros en torno a ideales comunes, recuerda los orígenes, y ayuda a resolver conflictos y gestionar los cambios que el paso del tiempo aconseja introducir.
Supervivencia del negocio
El objetivo último de la familia empresaria es lograr la supervivencia de su negocio a lo largo del tiempo. Para poder llevarlo a cabo, la familia deberá integrar sus propósitos, sus aspiraciones, ideas y expectativas con los objetivos de la compañía.
En definitiva, intentará procurar la continuidad de la empresa en tanto que familiar. Y, por supuesto, deberá asegurar el seguimiento de la cultura y los valores familiares en la filosofía de la empresa. Para ello, la familia dispone de una serie de medios como las asambleas familiares, las sesiones de trabajo o los consejos.
Una vez la familia empresaria ha reflexionado y analizado estos temas, llega el paso más importante: que sus miembros se pongan de acuerdo sobre qué desean representar. Es decir, qué valores, tradiciones y experiencias quieren resaltar para poder, a su vez, conectar e involucrar a las nuevas generaciones de la familia que se incorporan a la empresa.